El próximo 6 de febrero se conmemorará un año del fallecimiento del expresidente Sebastián Piñera. Fue pasado el medio día de aquella jornada en que la noticia de que un helicóptero, piloteado por el mismo ex Mandatario, había capotado en el lago Ranco a poco tiempo de despegar.
La noticia voló raudamente en el grupo de WhatsApp de los exministros. Uno de los primeros en difundir la información fue Alfredo Moreno. O por lo menos así recuerda la exministra de Transportes, Gloria Hutt.
“Primero llegó el mensaje de que había caído el helicóptero, luego decían que el presidente no había logrado salir y así la información se fue conociendo a cuentagotas”, rememora Hutt. Así hasta que vino la confirmación de la ministra del Interior, Carolina Tohá, quien confirmó el fallecimiento del expresidente. “Fue un terremoto”, declara la exministra.
En conversación con Fast Check CL, Gloria Hutt recuerda su relación con Sebastián Piñera, con quien tuvo que sortear el estallido social, uno de los hechos más relevantes desde el regreso a la democracia. Asimismo, evalúa el legado del ex Mandatario, y se refiere acerca de las recientes votaciones de Evópoli.
“Era un presidente absolutamente atípico”
—¿Pensó en algún momento que una situación así fuera posible, considerando que llevaba años piloteando?
Es algo que cuesta aterrizar en la realidad, uno nunca imagina que alguien como él puede pasar por una cosa así, a cualquiera le puede pasar, pero claro él estaba haciendo algo que habitualmente hace.
Yo misma anduve en helicóptero con él en el lago Ranco cuando era subsecretaria. Me acuerdo nos llevó a hacer un paseo con Patricia Pérez y Catalina Parot. Hicimos un encuentro de ministros ahí mismo, en Bahía Coique, y fuimos a su casa. Él tenía el helicóptero afuera, y nos dijo “vamos a dar una vuelta, y vi lo riguroso que era: hacía toda la lista de chequeos, se preocupaba que todos estuvieran con sus audífonos, con los cinturones de seguridad, que las puertas estuvieran bien. Entonces, con mayor razón, pensaba que era difícil que le pasara algo, sobre todo en un trayecto tan cortos, zonas que él conocía perfectamente. Es muy inesperado.
—¿Qué tan cercana era al expresidente?
Yo trabajé 8 años con él: 4 años subsecretaria y cuatro años de ministra, e imagínate si como subsecretaria era cercana como ministra para que decir. A pesar que de repente teníamos unas discusiones bien fuertes, éstas eran por temas técnicos. Él era muy informado en temas técnicos, y yo le discutía cuando consideraba que no podía hacer algo que él me pedía, porque técnicamente no era adecuado. Ahí tenía que hacer un esfuerzo gigante para convencerlo pero siempre me apoyó.
—¿Cómo recuerda al expresidente?
Lo recuerdo como un trabajador incansable, con un sentido del servicio público que pocas veces había visto. Para él era inaceptable que alguna persona que sea trabajador del Estado no diera el máximo esfuerzo para sacar adelante sus tareas. Era impensado que hiciéramos mal uso de los recursos.
Era un presidente absolutamente atípico por el nivel de detalle en que entraba en todos los ministerios. Yo fui testigo de con cuánto detalle miraba el Ministerio de Transportes y eso lo hacía con todos. Tengo el recuerdo de él como una persona con una dedicación total al trabajo y con la energía de sacar adelante los objetivos de su gobierno.
Aparte de ser una persona trabajadora, tenía algunos lados desconocidos. Por ejemplo, tenía un tremendo sentido del humor. A mí me hacía reír mucho con comentarios. Era muy ingenioso, muy rápido. Aparte, no era una persona que impusiera caprichosamente órdenes.
Usted con él vivieron, probablemente, uno de los momentos más difíciles que le tocó a un gobierno desde el retorno a la democracia, como lo fue el estallido social. En ese entonces, ¿Cómo fue su relación con él?¿Se tensionó o se afiató?
Una característica del presidente era la lealtad en sus equipos. Y yo tenía absolutamente claro que si él decidía cambiarme yo tenía que irme. No tenía ninguna duda de eso. De hecho, me parece que debería haberme sacado, no podía ser que él se quedara con todo el costo solo.
Mira, cuando anuncian el primer cambio de gabinete yo había ordenado todas mis cosas para irme. A mí siempre me habían dicho que cuando habían cambios de gabinete a veces a uno le avisaban cinco minutos antes, cuando ibas camino a La Moneda. Entonces, cuando me dirigía para allá iba con el celular en la mano esperando la llamada. Y resulta que fue al cambio de gabinete, no salí y tuve que sacar las cosas de la caja y seguir trabajando.
—¿Habló con él después de ese cambio?
No precisamente respecto a eso pero lo interpreté como un respaldo gigante. La decisión del alza del transporte público fue muy compleja porque habían muchos puntos de vistas. Mirado desde ahora uno puede hacer todas las críticas, pero también había que ver que el país estaba en una situación fiscal compleja y había que mejorar. Encuentro injusto cuando se interpreta esto como una decisión caprichosa, que pudo evitarse.
“Creo que ni él mismo se hubiera imaginado la cantidad de gente que lo despidió”
—¿Qué ambiente había en La Moneda en ese entonces?
Fue cambiando mientras pasaban las cosas. Esto fue tan sorpresivo para nosotros como para todo Chile. Ver una situación como el estallido, más de 100 estaciones del metro quemándose, cosas destruidas era muy impactante. Era una cosa completamente inusual no teníamos antecedentes de que eso hubiera ocurrido antes eso fue lo primero pero después había que controlar
—Se enfatiza en el aspecto violento, pero en paralelo también se desarrolló la marcha pacífica más grande de la historia del país, que demostraba un descontento.
Sí, fue una mezcla de cosas. Habían varios planos funcionando al mismo tiempo, la marcha del millón fue una manifestación pacífica de demandas sociales pero la andanada violenta fue más potente que eso, fue duro precisamente a partir de lo mismo.
— Quizás una de las situaciones llamativas fue lo multitudinario de la despedida del expresidente Piñera. Sobre todo considerando que cinco años atrás las calles prácticamente pedían su cabeza. ¿Qué evaluación hace de ese fenómeno?
Yo creo que la vida es así y por eso nunca hay que perderse y siempre hacer lo que uno cree que es correcto, aunque a veces eso tiene costos. Y, el presidente eso nunca lo sacrificó, él tenía claro que no iba a ceder al populismo y que debía tomar decisiones que no le iban a aportar una popularidad inmediata.
A mí también me llamó la atención que en el funeral había una fila de gente infinita y me puse a conversar con gente en la cola y había familias que decían “él trabajaba muy duro y el trabajo duro producía resultados que nos beneficiaban”. Ahí dije “aquí se construyó el relato que siempre dicen que carece la derecha”: el trabajo duro produce resultados, no hay magia.
—Según la encuesta Criteria, el expresidente Piñera es el Mandatario con mayor aprobación con un 35% ¿Cree que si él no hubiera fallecido su popularidad sería lo que es hoy día?
Capaz que sí porque los resultados están a la vista. Mucha gente me nombraba la PGU, la vacunación durante la pandemia, etcétera. La gente ve reflejada en su vida diaria el trabajo de él.
—Considerando la serie de críticas que tuvo durante y post estallido. ¿Pensó en algún momento que se daría este escenario?
No, pero yo pensaba en el funeral cuánto le hubiera gustado estar ahí y conversar con las personas. Creo que ni él mismo se hubiera imaginado la cantidad de gente que lo despidió. Pienso que él se hacía la idea de “es lo que me tocó, hice lo que tenía que hacer y si lo valoraron bien y sino también, era lo que tenía que hacer”. Ahora, eso se empieza a valorar desde una dimensión que no era su fuerte, que era la dimensión afectiva. Después de su fallecimiento la gente lo empezó a sentir más cercano y, quizás, si estuviese vivo esto no habría sido tan fuerte como fue en el funeral.
“Seguir el ritmo que han seguido los casos de los otros presidentes podría ser una opción”
— Estos días en el Senado se discutió sobre la instalación de la estatua del expresidente Piñera. Aunque la discusión se aplazó para marzo, sectores oficialistas han apelado a la prontitud de legislar sobre ese proyecto. ¿Cree que es pronto pensar en eso?
Tal vez seguir el ritmo que han seguido los casos de los otros presidentes podría ser una opción. Ahora desde que se piensa en la estatua hasta que se hace concreta pasan esos años de distancia. El tema principal es si la merecía y yo ahí no tengo ninguna duda. Pero claro, tener un tiempo de distancia puede ser.
— En las últimas semanas sonó mucho el nombre de Magdalena Piñera como candidata a senadora. ¿Piensa que la alta valoración de su padre podría ser una carta a favor en una eventual candidatura?
No tengo ninguna duda, sin embargo, no tengo la certeza de que quiera ir por ese camino. Ella sí es muy influyente por razones obvias: es la más cercana al mundo político, es muy activa y tiene una tarea tremenda en ordenar el archivo del presidente. Por lo menos no la he visto en conversaciones donde surja esa voluntad pero me parece que sería una buena cosa. Ella además era su jefe de gabinete, es la persona que estaba más cercana permanentemente, fue formada en la escuela del presidente Piñera.
—En una eventual candidatura es casi seguro que iría por Renovación Nacional ¿o ve alguna otra posibilidad?
Posiblemente si, a pesar de que es buena amiga de Evópoli pero es difícil que RN la suelte.
“Durante los dos años de periodo tuve gente muy critica dentro del partido, desde el día uno, y nunca pararon de hostilizar el ambiente“
—El sábado pasado se celebraron las elecciones de Evópoli en donde su lista perdió ante la encabezaba por Juan Manuel Santa Cruz. Durante mucho tiempo se comentó que habían críticas a su gestión.
Durante los dos años de periodo tuve gente muy critica dentro del partido, desde el día uno, y nunca pararon de hostilizar el ambiente. A pesar de eso logramos resultados importantes: pasamos de un alcalde a ocho, ganamos una gobernación con 300.000 votos, etcétera.
—Las votaciones fueron bastante bajas, un 10% de los militantes participó en los comicios. ¿En qué situación se encuentra el partido?
El partido está ahora bastante bien en despliegue territorial, en las elecciones locales logramos aumentar nuestros representes, lo que nos da una buena plataforma para crecer en regiones.
Sin embargo, tenemos una debilidad muy grande en las bases. Tenemos buenos rostros, gente muy valorada, muy capaz, con buenas trayectorias pero no tenemos la misma tracción para obtener votos yendo acompañados que solos. Necesitamos que el partido se instale en las calles con tiempo, esa es una gran debilidad.
—Ahora, de cara a las parlamentarias, ¿le gustaría ser candidata?
No puedo porque como fui Consejera Constitucional quedé inhabilitada. En esa elección obtuve 236 mil votos, la mayoría obtenida por un candidato del partido. Por eso me da rabia cuando me torpedean, porque de verdad que siempre trato de hacer la pega, en eso soy bien Piñera para mis cosas: hago las cosas hasta consumirme porque es lo que hay que hacer.
