En redes sociales se ha difundido una imagen que advierte a las personas sobre las vacunas, específicamente, sobre sustancias encontradas en su composición. Entre ellas, se señalan las sales de aluminio y ADN de fetos humanos abortados. Tras indagar sobre el tema, Fast Check CL pudo chequear la información.
Por Isabel León S.
En este último período se ha percibido una gran avalancha de publicaciones antivacunas que se derivan del contexto actual y, principalmente, de la “carrera” que se ha generado a nivel internacional por conseguir la vacuna contra el Covid-19.
En redes sociales se ha difundido una imagen que advierte sobre las vacunas, específicamente, sobre sustancias químicas encontradas en su composición. Entre ellas, se señalan las sales de aluminio y ADN de fetos humanos abortados.

Nadie se adjudica la imagen que contiene seis sitios web en códigos QR, donde cada uno asegura un componente que tendrían las vacunas.
Fast Check CL pudo comprobar que esta imagen ha sido ampliamente viralizada e incluso impresa para fines de propaganda.
Muchas gracias a quien haya hecho esto. Es una excelente recopilación de bulos sobre vacunas.
— Farmacia Enfurecida (@Farmaenfurecida) October 23, 2020
Aunque echo en falta algo sobre el autismo: pic.twitter.com/eHkhuUqyDG
¿Componentes de la vacuna?
Los supuestos componentes de las vacunas publicados en este contenido a modo de alerta son: sales de aluminio, acero inoxidable, plomo, tungsteno, cloro, níquel, cromo, titanio, glifosato, oxihidróxidos de aluminio, arsénico, mercurio, uranio, ADN fetal retrovirus k endógeno humano, formaldehído y bromuro de cetiltrimetilamonio.
1. Sales de aluminio: #Engañoso
El primer código QR nos redirecciona a un reporte publicado en la revista International Journal of Vaccines & Vaccination, de la editorial MedCrave. En donde se relaciona la presencia del aluminio con síntomas y enfermedades neurológicas.
Cabe mencionar que Ojo Público -medio digital de periodismo de investigación ampliamente difundido en Perú- desacreditó su credibilidad, en una verificación realizada en base a la misma imagen, señalando que “la supuesta editorial es una plataforma muy cuestionada por publicar artículos sin rigor científico”.
En cuanto a la presencia de sales de aluminio en la composición de algunas vacunas, esto es cierto. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considera generalmente inocuo, ya que son añadidas -en pequeñas cantidades- como adyuvantes para aumentar la inmunogenicidad y eficacia de las vacunas.
Por su parte, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ratifica esta información y especifica que en EE.UU. los adyuvantes autorizados de este tipo son: hidróxido de aluminio, fosfato de aluminio, alumbre (sulfato de potasio y aluminio) y sales de aluminio mixta.
Estudios sobre las vacunas con sales de aluminio y sus efectos en la salud
A raíz de la preocupación en torno a las sales de aluminio, se han realizado diversos estudios de las vacunas que las contienen y sobre sus posibles efectos en la salud.
En el artículo “Vaccine Safety” publicado en PubMed Central -repositorio digital de acceso abierto desarrollado por el Centro Nacional para Información de Biotecnología de Estados Unidos- se asevera que las sales de aluminio se han utilizado de forma segura como adyuvantes desde la década de 1930.
Y se agrega que, si bien altos niveles de aluminio pueden causar reacciones inflamatorias locales, anemia o encefalopatía en casos de lactantes prematuros o con función renal ausente o gravemente comprometida, la cantidad de aluminio contenido en las vacunas infantiles está muy por debajo del rango tóxico.
Asimismo se da cuenta en un artículo publicado por la Revista Panamericana de Salud (Las vacunas que contienen sales de aluminio son inocuas), en el cual se manifiesta que, tras una exhaustiva revisión de investigaciones, no se encontraron pruebas de que las vacunas que contienen sales de aluminio provoquen trastornos graves o de larga duración.
Fast Check CL se comunicó con la médica cirujana Laura Santibáñez, quien señaló que hace algunos años se viene discutiendo el beneficio versus el daño provocado -por las vacunas con sales de aluminio- sobre el sistema nervioso y su relación con enfermedades autoinmunes.
En este sentido, la experta explicó que lo primero a considerar es que -al inyectar- cualquier producto externo se corre un riesgo. Por ejemplo, tras realizar un seguimiento de los pacientes, se observó que un pequeño porcentaje de personas que se colocaron la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) presentaron efectos secundarios (como trastornos musculares) después de años de la inyección.
Sin embargo, al estudiar los casos, se vio que existía una predisposición genética de estos pacientes a ciertos tipos de enfermedades y que, por lo tanto, estas reacciones no eran aleatorias.
Además, planteó que estas observaciones no son concluyentes, puesto que son casos específicos y muy recientes, por lo que habría que esperar décadas para que lo fueran.
“Se vio que había una predisposición genética para ciertos tipos de enfermedades. Además, se presume que fueron ‘gatilladas’ por la presencia del aluminio en las vacuna, pero tampoco se puede afirmar con certeza“
Laura Santibáñez, médico cirujano actualmente trabajando en la Seremi de Salud Metropolitana
Cabe señalar, que la Sociedad Americana Contra el Cáncer también considera que la vacuna contra el VPH es segura y eficaz, y descarta que las sales de aluminio (utilizadas en pequeñas cantidades como adyuvantes) son sustancias dañinas para la salud. Además, se destaca la importancia de la inmunización, en tanto es una forma de prevención del cáncer de cuello uterino.
En esta misma línea, Santibáñez agregó que las sales de aluminio son utilizadas con el propósito de que la vacuna cumpla su objetivo, en tanto potencian el sistema inmune. Por lo que, al momento de cuestionar su composición, es necesario poner sobre la balanza los beneficios versus los posibles efectos secundarios.
Así también lo planteó la médica cirujana Gisela Alarcón, exsubsecretaria de Redes Asistenciales y Decana de la Facultad de Salud de la Universidad Santo Tomás: “En todas las vacunas se valoran los riesgos versus los beneficios y cuando se aprueban es porque los beneficios son superiores”.
Por lo tanto, luego de revisar los documentos y conversar con expertos, Fast Check CL concluyó que esta información es engañosa, ya que se utiliza una información verdadera pero con un sentido doloso de desinformar.
2. Glifosato: #Falso
El segundo código QR, referente a la presencia de glifosato en vacunas, nos redirecciona al artículo “Glifosato en vacunas: análisis de Moms Across America” publicado en el sitio web de la Asociación Corvelva (Coordinación Regional Veneto para la Libertad de Vacunas).
El glifosato es un herbicida de amplio espectro no selectivo, comúnmente utilizado en la agricultura y silvicultura para el control de malezas.
En 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la OMS determinó que la sustancia es “probablemente carcinógena para los humanos”. Lo que generó una creciente preocupación en torno al herbicida, puesto que existen estudios que han informado sobre los efectos que conlleva una intoxicación por glifosato, lo que compromete -principalmente- a la salud de la población agrícola.
Cabe señalar que en 2016 se publicó un informe conjunto de la OMS y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el cual se concluyó que es poco probable que el glifosato sea genotóxico (es decir, un riesgo carcinogénico) para las personas debido a la exposiciones a través de la dieta.
Ahora bien, es cierto que existe una creciente preocupación por el uso intensivo de glifosato como herbicida, pero esta información es referente a su uso en la agricultura y silvicultura, y no tiene relación con la composición de las vacunas.
Respecto al texto publicado por la Asociación Corvelva, se plantea que en 2016 Moms Across America (Mamás en toda América) envió cinco vacunas infantiles al laboratorio independiente Microbe Inotech Laboratories. Allí se habría comprobado la presencia de glifosato en su composición.
No obstante, Genetic Literacy Project (GLP) -entidad sin fines de lucro que promueve la alfabetización científica- contraargumentó que el estudio en el cual se basan las aseveraciones no ha sido publicado para revisión y que existe un problema con el método utilizado.
Se trata de una prueba de detección económica y rápida, denominada ELISA, la que no tendría la exactitud para probar la presencia de glifosato en la composición de las vacunas.
“ELISA es notoriamente susceptible a la interferencia por la presencia de otros compuestos, tanto en la dirección positiva como negativa, y aunque está bien para una primera aproximación, no es aceptable para una medición definitiva”
Peter Davies, profesor emérito de fisiología vegetal en la Universidad de Cornell, en entrevista para Genetic Literacy Project (GLP)
Por su parte, la médica cirujana Laura Santibáñez agregó que “si solo existe un estudio esto es igual a ninguno”, ya que son necesarios varios estudios oficiales de distintos laboratorios y países, para poder aseverar que lo publicado por la Asociación Corvelva es verdad.
En este sentido, ya que -hasta la fecha- no existen estudios concluyentes sobre la posible presencia de glifosato en la composición de las vacunas, Fast Check CL clasificó esta información como falsa.
3. Mercurio y tiomersal: #Engañoso
Según la OMS, el tiomersal es un compuesto que contiene etilmercurio, el cual se viene utilizando en mínimas cantidades desde los años 30′ en la producción de algunas vacunas; tanto para inactivar determinados microorganismos y toxinas, como para contribuir en mantener la esterilidad de la cadena de producción.
En esta línea, el Instituto de Salud Pública de Chile (ISPCH) plantea que al utilizar conservantes en las vacunas se disminuye en gran medida el riesgo de contaminación, lo que evita graves síntomas e incluso la muerte.
También, se especifica que en Chile solo algunas vacunas contienen tiomersal. Estas son: vacuna pentavalente, vacuna influenza estacional, vacuna antirrábica y vacuna contra hepatitis B.
Por su parte, el médico cirujano Antonio Rojas derribó los mitos en torno al daño que podría causar la inmunización, en un artículo publicado en 2016, señalando que: “La cantidad de mercurio de las vacunas que uno se pone durante toda la vida, no es más que el que uno come en una lata de atún”.
Cabe señalar que el Comité Consultivo Mundial sobre Seguridad de las Vacunas (GACVS), ha examinado durante más de 10 años los datos científicos acerca del uso del tiomersal en vacunas como conservante e inactivador, concluyendo que no existen pruebas (hasta la fecha) de que su utilización suponga un riesgo para la salud.
Es por este motivo, que clasificamos la información como engañosa, ya que se toma información verdadera pero con la intención de desinformar.
4. ADN fetal humano: #Falso
En este caso, el código QR nos redirecciona al estudio “Mutagénesis por inserción y enfermedad inducida por autoinmunidad causada por toxinas residuales retrovirales y fetales humanas en vacunas”, publicado en el sitio web Ciencia y Salud Natural.
Allí, se plantea que en la fabricación de vacunas se utilizan líneas celulares fetales humanas, y que su inyección puede desencadenar enfermedades autoinmunes en niños y niñas.
Por otro lado, se menciona que existe una correlación entre el aumento de las tasas de autismo y el cambio en la fabricación de vacunas en EE.UU., de líneas celulares derivadas de animales a líneas celulares abortadas en humanos a fines de los años 70’.
Fast Check CL se contactó con el Dr. Alexander Recabarren, médico de familia y Coordinador del Comité de Niñas, Niños y Adolescentes de la Sociedad Chilena de Medicina Familia, quien señaló que esto se trataría de una antigua noticia falsa, que aseguraba la utilización de fetos abortados en la fabricación de vacunas.
El Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP) desmintió esta aseveración el pasado 18 de junio, en su artículo “Vacunas, ‘Células de fetos abortados’ y otras teorías irracionales”.
“¿Se usan ‘células de fetos abortados para fabricar vacunas’? La respuesta corta es que NO, rotundamente“
Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP)
El AEP da cuenta que para fabricar algunas vacunas se utilizan cultivos de células de origen humano, fibroblastos, obtenidos en el laboratorio, denominadas WI-38 y MRC-5. Destacando que se trata de nuevas células creadas en el laboratorio y no “células de fetos abortados”.
Cabe señalar que esta información, sobre la fabricación de vacunas con líneas celulares, fue anteriormente desmentida por Fast Check CL en “Vacunas contra el Covid-19 contienen MRC-5 y los fact-checkers jamás desmintieron este hecho”. En donde Marcelo Cortez, Doctor en Bioquímica y Biología Molecular, nos explicó en mayor profundidad por qué es erróneo decir que las líneas celulares MRC-5 son iguales a las de un “feto abortado”.
En consecuencia de estos antecedentes, Fast Check CL determinó que la información es falsa.
5. Formaldehído: #Engañoso
El último código QR nos conduce al artículo “Los efectos en la salud de algunos aditivos alimenticios” , publicado en 2015 en el sitio web Infosalus.
En este se plantea que los emulsionantes añadidos en los alimentos procesados pueden alterar la composición y localización de la microbiota intestinal. Fast Check CL no logró definir la relación de este artículo y la presencia de formaldehído en ciertas vacunas.
Respecto al compuesto en sí mismo, el ISPCH señala que se utiliza para inactivar virus y para detoxificar toxinas bacterianas, agregando que un proceso de purificación remueve casi todo el formaldehído en las vacunas durante su producción.
Así también lo plantea la FDA, quienes aseveran que la cantidad final de formaldehído en una vacuna es incluso menor a la concentración producida naturalmente por el cuerpo humano.
“Los estudios han demostrado que para un recién nacido con un peso promedio de 6 a 8 libras, la cantidad de formaldehído en su cuerpo es 50-70 veces mayor que la cantidad máxima que podría recibir de una sola dosis de una vacuna o de las vacunas administradas a lo largo del tiempo”
Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés)
Además, si bien es cierto que una exposición excesiva al compuesto puede provocar cáncer, las últimas investigaciones han demostrado que el mayor riesgo proviene del aire, es decir, cuando este es inhalado. Lo que se observa en mayor medida en personas que lo utilizan de forma rutinaria en sus trabajos.
Sin embargo, hasta la fecha, no existe evidencia que relacione el cáncer con la exposición poco frecuente de pequeñas cantidades por inyección.
Por ende, Fast Check CL determinó que la información es engañosa, puesto que si bien el formaldehído es utilizado en la producción de vacunas, esta información es presentada con la intención de desinformar.
Conclusión
De acuerdo a la OMS, todos los componentes de las vacunas están presentes en cantidades seguras para el cuerpo humano. Además, estos no son ocultos por los productores y varían dependiendo del tipo de vacuna que se busca fabricar.
Por otro lado, las vacunas no son fabricadas con células de fetos abortados ni se ha comprobado la presencia de glifosato en su composición. Es por estos motivos que Fast Check CL concluyó que la publicación contiene información engañosa y falsa.
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