Allan Álvarez, presidente de la JS: “Es mejor que Fidel Espinoza siga siendo senador del Partido Socialista a que se convierta en una nueva Ximena Rincón”

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En esta entrevista, el presidente de la Juventud Socialista (JS), Allan Álvarez repasa su historia íntima que lo ha llevado a liderar la fracción juvenil de uno de los partidos más importantes del país. Egresado del Instituto Nacional, pese a ser crítico del sistema de educación, ve con nostalgia el ascenso social que ese espacio propiciaba. En conversación con Fast Check CL, el economista también comenta su visión respecto a la gestión del gobierno y reveló su precandidatura por la alcaldía de Conchalí.


Por Catalina Viveros

Socialista desde la cuna, el presidente de la Juventud Socialista (JS), Allan Álvarez Huencho (30), proviene de una familia militante. A los 14 años tomó la decisión de inscribirse por la experiencia de cómo a través de la política se generaban cambios concretos en su condición de vida.

Siendo un niño de Conchalí, estudiante de la escuela Valle del Inca, entrar al Instituto Nacional «le abrió el mundo» y la revolución pingüina lo formó políticamente: «Aprendíamos que tú podías defender una posición, que esa posición tenía una bajada concreta y que además, si vas a hablar de un tema, tienes que partir por entenderlo».

Fue presidente del Centro de Alumnos en 2010, vivió un tiempo en Australia y luego retornó al país para estudiar Ingeniería Comercial en la Universidad de Chile.

Hoy se encuentra cursando un posgrado en Economía y tiene pretensiones electorales: es precandidato del Partido Socialista para disputar la alcaldía de Conchalí en las próximas elecciones municipales en octubre de 2024.

— Respecto a la situación que viven hoy los liceos emblemáticos, ¿qué te parece lo que se está viviendo?

Lo primero, como disclaimer, a mí me da pena ver (el estado de) un colegio que generaba ascenso social, donde podías compartir con personas de distintos estratos socioeconómicos, y que finalmente, competía de igual a igual con los colegios particulares como el Grange, el Saint George, el San Ignacio del Bosque, y permitía que estas personas de cabeza negra entraran a las universidades de elite. 

Ahora, ¿qué fue lo que pasó? La educación pública, a través de su municipalización, tuvo una baja sistematizada desde el comienzo de la transición y el financiamiento fue decayendo. Hace unas semanas nos enteramos de que Cathy Barriga mandaba recursos de la educación pública a la educación privada. Entonces hay un tema de financiamiento que está mal.

Foto: Catalina Viveros.

— A 9 años de la Ley de Inclusión, ¿cuál es tu evaluación del «fin a la selección»?

Es que recién estamos viendo. Yo no puedo comparar un colegio particular donde 15 personas reunieron la PAES con un liceo municipal donde 700 estudiantes la rindieron. El problema sigue siendo estructural en la educación pública. No es que de pronto los colegios públicos que no seleccionaban hayan subido dramáticamente en el ranking. Hay un tema con la capacidad de sostener la calidad de educación pública en Chile, que está haciendo agua más allá de la selección.

— Muchos de los discursos políticos en torno a educación se enfrascan en gallitos políticos, donde la conversación queda un poco miope respecto a lo que pasa con la gente que efectivamente está yendo a los colegios…

El problema de nuestra política es que antes, en general, cuando había que hablar de educación, daban la discusión los políticos que entendían de educación. Lo mismo con otros temas. Hoy en día, cualquier persona te da la opinión más incomprobable, sacada del tacho de la basura para hablar de todos los temas al mismo tiempo, y si puede, te los mezcla. Y no estoy hablando de gente común y silvestre, estoy hablando de autoridades.

Hace rato que nos falta ponerle más técnica. No estoy hablando de tecnocracia, sino de que conversen las personas que saben, que entienden, que se han dedicado a esto y después de eso veamos qué pasa con el tema político, pero construyamos un diagnóstico común.

“Es uno de los senadores que más ha respaldado la agenda del gobierno”

— ¿Cómo evalúas hasta ahora la gestión del gobierno?

Yo creo que uno no puede evaluar al gobierno del Presidente Boric, como el de la Nueva Mayoría, o el del Presidente Lagos. Nosotros gobernamos en condición de minoría parlamentaria, de hecho, la coalición original del presidente representa menos de un 25% de la Cámara de Diputados, en el Senado son cinco senadores de 50. Creo que algo que el gobierno mejoró mucho con el tiempo fue a tomar distancia de ciertos procesos políticos, como entre el primer y el segundo proceso constituyente, ha habido mucha voluntad de ajuste.

— Eres parte de las fuerzas jóvenes de la política, ¿cómo te resistes a estos discursos como el de la escala de valores del ex ministro Jackson, de decir «los jóvenes lo vamos a cambiar todo», en el sentido de no escupir al cielo, pero también dar garantías de probidad?

Hay que entender que nosotros funcionamos distinto. La Juventud Socialista forma parte de un espacio político que es el Partido Socialista, que tiene 90 años de historia. Nosotros somos parte de una tradición y cuando te identificas con una tradición, recoges un legado y te sientes heredero de una posta. Es muy distinto cuando quieres abordar esto, porque sabes que cargas con errores, pero también cargas con una manera de hacer las cosas. Por construcción no caemos en eso, porque representamos precisamente lo contrario: la continuidad de procesos históricos más que un nuevo punto de partida.

Foto: Catalina Viveros.

— ¿Qué opinas del senador Fidel Espinoza? Ha generado tensiones en el Partido Socialista, algunos consideran que es díscolo todo el tiempo.

Con todo lo deslenguado que es, con todas las malas formas con las que hace los puntos y con todo lo que se pasó cuando insinuó lo del ministro Jackson, Fidel vota a favor todos los proyectos del gobierno. De hecho, yo te diría que es uno de los senadores que más ha respaldado la agenda del gobierno. En ese sentido, díscolo no es. Lo que ha generado es que evidentemente tensa las relaciones con el Frente Amplio y particularmente con Revolución Democrática.

— Entonces, ¿tú dices que él no está de acuerdo con los personajes más que con las políticas?

¡Es que eso! Él tiene un conflicto político producto de casos de corrupción. Ese es el esquema: Fidel Espinoza ha desatado un conflicto político, porque en lugar de entender esto como la responsabilidad individual de algunos militantes, lo extendió a todo un partido y a todas las personas que están dentro. Pero, al gobierno y sus políticas, los respalda.

— Pero, por ejemplo, desde el proceso constituyente de 2021, él era muy crítico del trabajo que estaban realizando los constituyentes, parte de ellos del PS, y llega un punto en que se une a Ximena Rincón, siendo públicamente contrario a las ideas que estaban levantando desde su sector político…

Sí, pero ojo que Fidel Espinoza no hizo campaña por el “Rechazo”. Ahora, al menos del 60% de la población chilena también era muy contraria a lo que se estaba haciendo en la Convención. Yo voté “Apruebo”, aprobar para reformar, pero parece que el senador no estaba tan equivocado, tenía mejor pulso que nosotros respecto a la sensación ciudadana. Evidentemente, su tono no ayuda, pero creo que es mejor que Fidel Espinoza siga siendo senador del Partido Socialista a que se convierta en una nueva Ximena Rincón. 

— Respecto a las reuniones con Pablo Zalaquett, hay personas del PS que participaron, por lo pronto, la presidenta Paulina Vodanovic, también algunos diputados. ¿Qué pasó ahí?

Yo entiendo que la derecha se encuentre en almuerzos familiares con la misma gente que hace negocios y con la misma gente que toma decisiones políticas y que puede ser en el almuerzo del día domingo. Pero desde este mundo tenemos que tener más cuidado. El problema no es tener reunión en el contexto del lobby, para eso hay regulación. Tampoco es tener reuniones con los empresarios, nosotros tuvimos una reunión con la Sofofa hace poco acá en la sede del partido. El problema tiene que ver con que esto se volvió una práctica al parecer habitual y terminó generando un escándalo político.

— ¿De que hay algo escondido?

Sí. Por eso estimo la actitud de la presidenta del partido. Según lo que comunicó ella, no fue una comida: expuso 30 minutos y se fue. Valoro el hecho de que lo había dicho antes de que cualquier persona la apuntara con el dedo.

Las municipales de octubre

—Te queda poco tiempo como presidente de la JS…

Hasta agosto de este año en primera instancia.

— ¿Qué planeas para el futuro después de eso?

El PS hizo algo bien novedoso y es que anticipadamente generó una inscripción interna de candidaturas. Por eso inscribí mi precandidatura a alcalde por Conchalí. Soy de allá, estudié allá, viví allá, crecí allá, mi familia es de allá, he militado allá toda mi vida. Entonces, me pareció oportuno, me pareció interesante, y creo que al menos durante este año vamos a estar trabajando en ese proyecto. Vamos a ver qué pasa, hay que ir a primarias, entiendo que hay más partidos interesados también, el Partido Comunista para empezar.

Me contaste que el PS hizo estas inscripciones anticipadas y se hizo un catastro como de cerca de 80 personas que buscan estar en la papeleta de octubre, pero no sabemos si van a estar en junio, que serían las primarias. ¿Estás seguro si en el caso de Conchalí van a hacer primarias?

Es lo que debiese ser lo más natural, que una comuna que hoy en día no gobierna la alianza de gobierno y tampoco está en manos de independientes afines, está más bien un alcalde de oposición. Y dado que hay más candidatos interesados, al menos el PC y el PS, debiese resolverse a través de una primaria, eso es la expectativa que uno tendría con respecto a Conchalí. Yo al menos creo que el partido y en particular mi compromiso es trabajar precisamente para eso, para ganar una primaria e intentar conseguir el cupo a través de la vía democrática.

¿Qué te parece el criterio de: «el que tiene, mantiene»? En los últimos días, Ismael Calderón (exconcejal de Santiago) estuvo haciendo campaña, puntos de prensa para poder instalar la idea de hacer primarias con Irací Hassler en Santiago Centro…

Eso aún está dentro del mundo de las negociaciones, a cargo de los secretarios generales y los encargados electorales de cada partido. Esta frase de «el que tiene, mantiene», siempre es un criterio ordenador. Suena feo, sí, pero en general es uno de los primeros puntos de referencia. Ahí es donde la negociación misma y los criterios políticos van a terminar definiendo los mejores mecanismos para resolver este tipo de situaciones un poco más trabadas. Ahora, en cuanto al caso de Santiago en particular, creo que no me corresponde a mí referirme.

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