Comunista, de origen palestino, concejal de Recoleta y de apellido Jadue, aunque aclara que no es pariente del actual edil. Fares Jadue quiere ser el próximo alcalde y espera la unidad del sector. Primera mayoría en las municipales de 2021, en el distrito y en su partido, el candidato conversa en exclusiva con Fast Check sobre los desafíos de la comuna, el comercio ambulante, el gobierno de Gabriel Boric y el conflicto en Medio Oriente.
Por Elías Miranda
Fares Jadue Leiva (51) es licenciado en Historia por la Universidad de Chile y administrador público de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Desde 2021 es concejal de la Municipalidad de Recoleta y ha sido aludido permanentemente por su cercanía con el actual jefe de la comuna, Daniel Jadue.
En enero de este año fue ratificado por el Partido Comunista para competir como precandidato a alcalde de Recoleta, en las elecciones de octubre próximo, puesto que Daniel Jadue no podrá ir nuevamente como carta municipal, debido a la prohibición de ser reelegido por el tiempo cumplido, según lo establece la ley.
Sobre su vínculo con Daniel Jadue, aclara: «Si él fuera Daniel González y yo fuera González, nadie se haría esta pregunta. Jadue es un apellido muy común en la comunidad palestina. Nosotros no tenemos vínculo o parentesco directo, y tendríamos que irnos 50 años para atrás, volver a Palestina y encontrar tal vez esa ligazón».
En conversación con Fast Check CL, Fares Jadue responde sobre las eventuales primarias en el oficialismo, los pactos y la pregunta que hoy ronda en sectores de izquierdas: ¿Deben los militares participar en el resguardo de la seguridad interna?

“Soy el más votado de mi distrito“
— En una eventual victoria electoral, ¿planea una continuidad del proyecto del alcalde Daniel Jadue o establecer su propio sello en Recoleta?
Ambas. He sido parte de la gestión de la farmacia popular, de varias de las iniciativas de políticas locales, que también han nacido del sentir de la comunidad recoletana. En ese sentido, por supuesto que quiero continuar con lo que tiene que ver con los servicios populares, me parece que son fundamentales, y que han contribuido a la vida de las personas.
Pero también, no soy Daniel Jadue, tengo un sello distinto. Me interesa mucho profundizar en la participación ciudadana, ser mucho más vinculante en el desarrollo de los servicios de las necesidades de la comunidad.
— ¿Y cuáles son esos temas en Recoleta donde hay puntos críticos que requieren urgencia?
Esta es una comuna que pasó de tener aproximadamente 154 mil habitantes a 220 mil habitantes que tiene hoy en día. La infraestructura básica tiene que ser mejorada. La infraestructura de salud está atendiendo mucho más gente que lo que se hacía hace 10 años, por lo tanto, hay que mejorar la condición de todos nuestros Cesfam, nuestros consultorios. Avanzar en la reposición de infraestructura urbana, en lo que tiene que ver con la mejora de las calles de Recoleta.
— Pese a que está despejada la duda sobre su parentesco, ¿no es el apellido Jadue una asociación directa al actual alcalde? ¿No cree que esto le podría afectar?
Honestamente, creo que no. Uno nunca puede dar esas situaciones como muy por sentadas, porque más de alguna persona va a pensar lo que dices. Pero, en este caso, yo ya participé de una elección como concejal, fui el más votado de la comuna. Soy el más votado de mi distrito y soy el más votado en términos de porcentajes de mi partido en todo el país.
“Las otras fuerzas tendrán que medir cuáles son sus capacidades para poder instalar un candidato en Recoleta”
— La fecha para las inscripciones y pactos electorales está cerca: ¿llegan primarias o el sentido de urgencia es otro?
Uno no puede descartar que alguno de los partidos de la alianza o del sector —izquierda, centro izquierda y del progresismo— tenga pretensiones de competir. Creo que es sano, que debemos estar abiertos. Los problemas siempre se resuelven con más democracia y no con menos. Eso no está descartado. Espero que finalmente la negociación de la mesa de partidos que lleva la discusión a nivel nacional se resuelva y encabece una candidatura unitaria.
— ¿Está dispuesto a una primaria o pacto con la Democracia Cristiana?
Con cualquier fuerza que esté dispuesta a competir en Recoleta de manera leal. Es el juego de la política. Somos una fuerza bastante consolidada en la comuna. El PC tiene un trabajo importante, ha logrado hacer un esfuerzo significativo en el tejido social. Tenemos legitimidad y fuerza para competir. Las otras fuerzas tendrán que medir cuáles son sus capacidades para poder instalar un candidato en Recoleta, o vamos a ir a la papeleta. Eso está por definirse.
— ¿Le parece acertada la lógica «el que tiene, mantiene»?
Siempre hay un nivel de apertura, porque «el que tiene, mantiene» debe ser evaluado desde el punto de vista de la gestión que ha desarrollado un alcalde. Porque si tenemos alcaldes en algún espacio que puedan estar cuestionados por alguna situación ilegal, sancionada o probada, uno podría pensar que esa lógica no es tan legítima.

“Cuando en Santiago se desplaza el comercio de esa manera, los afectados somos aquí en Recoleta”
— ¿Cuál sería su estrategia para abordar el comercio ambulante en la comuna?
Creo que hay mucha gente que se acostumbró, post pandemia, a trabajar en la informalidad por la flexibilidad que le daba y porque muchas veces les permite ganar más recursos de esa manera, que en un trabajo formal. Acá tenemos que hacernos otras preguntas: ¿qué pasa con cómo se valora el trabajo en Chile para que la gente finalmente use esta forma?
Pero nosotros vamos a apostar a formalizar y a aquellos que no quieran formalizar, aplicaremos todas las herramientas que tenemos, porque muchas veces cuando esto conlleva delitos, incivilidades o crímen organizado, como en ciertas circunstancias como lo que ocurrió en Barrio Meiggs, obviamente tendremos que articularnos con otras instituciones para adoptar todas las medidas que sean necesarias.
— ¿Y comparte lo que ha estado realizando la alcaldesa Hassler en Santiago, sobre despejar algunos sectores de vía pública del comercio ambulante?
Eso es un último recurso, no el primero. Creo que hay otras acciones que deben tomarse, de dialogar y también de despejar, porque muchas veces lo que ocurre en comunas como Providencia y Santiago cuando aplican estas medidas, es que no están pensando en las comunas que las rodean.
— ¿Es partidario de que las Fuerzas Armadas puedan actuar en seguridad a nivel comunal?
Creo que las Fuerzas Armadas no están preparadas para el control del orden público y para otras tareas que tienen que ver con la vigilancia preventiva. Pero sí creo que puede haber colaboración, por ejemplo, en el resguardo a infraestructura crítica, en agregar más inteligencia a la labor que hace Carabineros, la policía.
— ¿Y esta colaboración de Fuerzas Armadas (FF.AA) es una idea que la izquierda recoge desde un rigor histórico o responde a una necesidad electoral?
Difícil pregunta, porque uno nunca va poder dilucidar plenamente cuál es la mirada que los actores han venido planteando. Por ejemplo, el alcalde de Maipú —que me merece toda la confianza— yo espero que sea una postura genuina. No lo comparto y no por una situación histórica que ha pasado con las FF.AA a lo largo de los años y la percepción que puedan tener el rol de estas. El criterio es mucho más específico. No existe el profesionalismo desarrollado en las Fuerzas Armadas para realizar esas tareas de orden público y seguridad que hoy día algunos alcaldes del sector están planteando.

Por el actuar del gobierno en Gaza: “Creo que no ha sido lo suficientemente enfático en ese aspecto”
— A dos años desde su asunción: ¿cómo evalúa, en términos generales, lo que el Gobierno de Gabriel Boric ha llevado adelante hasta ahora?
Voy a hablar desde cómo lo vivimos en Recoleta. Acá se han destrabado no todo lo que esperaríamos de proyectos de inversión que generalmente produce el Estado central en los niveles locales, pero sí hemos tenido algunos apoyos importantes. No lo podemos desconocer.
— ¿Y cuáles son esas urgencias que todavía no son cumplidas y que debiera profundizar esta administración?
Justamente son las reformas que están pendientes de que se aprueben en el Congreso, que han tenido que ser rediscutidas, renegociadas. Por ejemplo, la reforma previsional y los aportes. Ya se llegó a un acuerdo de que era 3% y 3% a cotización individual y solidaridad.
Ha habido que ir flexibilizando las posturas y espero que esas medidas salgan al menos desde el punto de vista de la gestión política. Creo que van en lo correcto.
— Como defensor y parte de la causa palestina, ¿qué le ha parecido la actuación del Gobierno frente a los hechos que suceden en Gaza?
Ahí tengo una mirada un poco más crítica, porque hubiera esperado actuaciones como algunos países vecinos de la región: Brasil y Colombia. De haber llamado al embajador o tomar medidas. Chile tiene a la comunidad palestina más grande fuera del éxodo y de las comunidades que están exiliadas en el entorno de lo que es el mundo árabe, Jordania y los distintos países.
Creo que no ha sido lo suficientemente enfático en ese aspecto, esperamos más, sabemos que no es fácil. Valoro mucho que se haya bajado de la FIDAE a las empresas israelíes. Han habido gestos importantes, no lo voy a desconocer. Pero frente a la magnitud del genocidio en Gaza, creo que las medidas se quedan cortas.
