«Solo necesito nombre completo, rut, año de egreso preferido por usted y carrera. Demoro 15 minutos en la gestión», responde el número de WhatsApp. Así de rápido, así de simple.
Con solo $97 mil, cualquier persona podría convertirse en ingeniero, programador, publicista, actor, técnico o profesional de cualquier área, sin haber asistido un solo día en una institución formal. Al menos eso promete una página que opera en redes sociales, ofreciendo certificados falsos de título con supuesta validez.
Una página de Facebook publicó una imagen en la que aparecía un diploma del Departamento Universitario Obrero y Campesino de la Universidad Católica de Chile (Duoc UC), acompañado del mensaje «papel de certificado. IngyTec x97» y un enlace directo a WhatsApp. En los comentarios, las dudas y críticas se mezclaban con historias reales.
Usuario 1: Qué penca.
Usuario 2: Cierto, uno que estudió perito forense en Universidad del Mar donde no pude titularme y aún estoy pagando.
Página de diplomas responde: Con nosotros te puedes titular mandándonos un mensaje.
La promesa era clara: entregar un diploma expédito, personalizado y listo para usarse.
Promocionados con IA
En su perfil de Facebook, la página promociona sus servicios mediante videos generados con inteligencia artificial. En uno de ellos, una mujer sostiene un diploma y sonríe a cámara (ver acá). En otro, un joven dice:
«¿Quieres trabajar? Yo compré mi certificado de Duoc UC y ya estoy trabajando en lo mío. Cómpralo online y empieza hoy».
Ambos videos redirigen al mismo número de WhatsApp. Al escribir, te responde un mensaje automático que ofrece la creación de un certificado de título por $97 mil pesos:
«Estamos aquí para ayudarte con la creación de tu certificado de título. En Duoc ofrecemos opciones en Ingeniería y Técnico. Solo dinos qué carrera necesitas y nos encargamos de todo por solo $97 mil. Recibirás tu Certificado de Título en formato PDF y registrado con código QR en línea, listo para que puedas usarlo sin complicaciones. ¡Es una garantía total!».
El detalle más llamativo es la supuesta inclusión de un código QR que permite validar el documento en línea. Un sistema que imita al que usan instituciones reales —como el propio Duoc UC— para verificar la autenticidad de sus certificados.
Querella interpuesta por Duoc UC
La Fundación Duoc UC no tardó en reaccionar. El 30 de junio de 2025 presentó una querella criminal contra todos quienes resulten responsables por el delito de falsificación de instrumento privado. El documento fue ingresado en el 8° Juzgado de Garantía de Santiago, argumentando un daño a la institución y a la fe pública.
Según el escrito, Duoc UC se enteró del caso tras la publicación en la página de Facebook llamada «Digitales». La publicación de los videos generados con inteligencia artificial evidencia una operación planificada y con intención de engañar, describe la acción judicial.

La institución señaló que desconoce cuántos diplomas falsos se han emitido hasta ahora, pero advirtió que los originales cuentan con múltiples medidas de seguridad: cartón opalina, firmas electrónicas, sellos de agua y validación en línea.
Finalmente, solicitó a la Brigada de Delitos Económicos de la PDI una orden amplia para investigar el caso y citó como testigos a funcionarios del propio Duoc, además de varios usuarios que comentaron la publicación en Facebook.
La simulación de compra
Fast Check CL se hizo pasar por un supuesto cliente interesado en obtener uno de estos diplomas falsos. Al consultar por la modalidad de pago, los vendedores explicaron que se podía transferir el total de una vez o pagar la mitad antes y el resto una vez entregado el certificado.
Cuando se les preguntó por la confiabilidad del producto, enviaron como prueba una captura de una transferencia recibida, sin ninguna evidencia concreta del diploma entregado.

Para comprobar si manejaban la oferta académica del Duoc UC, se pidió un diploma en Ingeniería Civil; carrera que no imparte la institución. Respondieron de inmediato que no era posible y enviaron el enlace oficial con las alternativas reales.
Tras escoger una carrera válida, solicitaron el nombre completo, RUT, año de egreso deseado y la carrera. «Demoro 15 minutos en la gestión», indicaron.

La trampa detrás de la validación con código QR
Además, se consultó por el funcionamiento del QR y la validación del certificado. La respuesta fue un video que solo se podía ver una vez. Por medio de otro dispositivo, Fast Check CL grabó el contenido:
En el video enviado por los falsificadores se muestra un certificado con un código QR. Al escanearlo, este dirige a una página de validación que simula verificar el título, donde incluso aparece el nombre de la carrera y un mensaje que indica que la persona estaría titulada.
Para contrastar esa información, esta redacción se contactó con dos profesionales egresados de Duoc UC, quienes compartieron sus certificados oficiales. En ambos casos, los documentos también incluían un código QR que redirigía a una plataforma legítima de validación utilizada por la institución.
Sin embargo, al comparar los enlaces, se detectó una diferencia clave: el documento falsificado dirigía al sitio certificadoduoc.cl/ValidacionCertificados, mientras que el link real utilizado por Duoc UC es certificadovalida.duoc.cl.
Para verificar el origen de ambos sitios, se utilizó la plataforma Nic Chile, encargada de administrar los dominios “.cl”. Allí se comprobó que certificadovalida.duoc.cl es un subdominio del sitio institucional duoc.cl, lo que confirma su autenticidad. En cambio, certificadoduoc.cl es un dominio independiente, registrado por terceros, por lo que es una página utilizada por los falsificadores para suplantar la validación oficial.

Claudio Ruíz, director de la consultora Tecnología Crítica —especializada en regulación digital—, advirtió sobre la fragilidad de los códigos QR desde el punto de vista de la ciberseguridad. «Desde la óptica de la seguridad digital, siempre se dice que los QR tienen una vulnerabilidad muy alta. Y la razón es simple: la gente no sabe qué hay detrás de estos códigos. Pueden redirigir a muchas cosas, pero generalmente se utilizan como un enlace», explicó.
Ruíz ejemplificó este riesgo con un caso cotidiano: «En un restaurante, usualmente te ponen el menú en un QR. Solo sabes que estás apuntando con la cámara de tu teléfono, pero no a qué dirección te está llevando. Podría fácilmente conducirte a una página que pide datos personales. Por eso, los códigos QR son una vulnerabilidad para la seguridad digital», concluyó.
Modus operandi del fraude
Fast Check CL siguió los pasos para solicitar un certificado de título falso, utilizando un nombre y RUT inventados. Esto permitió identificar el modus operandi de los falsificadores. Al enviar los datos por WhatsApp, los responsables los ingresan manualmente en una base de datos interna, alojada en su propio sitio web. En esa plataforma registran información personalizada como nombre, RUT, carrera y año de egreso de quienes adquieren estos certificados.

Con esos datos, generan un diploma en formato PDF que incluye un código QR. Al escanearlo, este redirige a una página web que simula ser el sistema oficial de validación del Duoc UC, pero que en realidad es un sitio controlado por los mismos falsificadores.
Como la página fraudulenta está diseñada para mostrar los datos ingresados previamente, aparece una validación personalizada con el nombre y la carrera del comprador. Esto refuerza la verosimilitud del documento, induciendo a engañar a empleadores o instituciones que lo revisen sin mayor detalle.

Rafael Bonifaz, Líder del Programa Latinoamericano para la Resiliencia y Defensa Digital de la ONG Derechos Digitales, advirtió que los riesgos de adquirir certificados falsos no se limitan al ámbito legal, sino que también pueden comprometer la seguridad digital de quienes los compran.
«Con el RUT se puede sacar mucha más información de una persona. Entonces, de cierta forma estamos dando nuestros datos personales a alguien que sabemos que está dispuesto a actuar de forma ilegal y poco ética», explicó.
Diferencias con el proceso real
Con esta información, Fast Check CL comparó los certificados y plataformas de validación reales con sus versiones falsificadas. El análisis permitió identificar diferencias sutiles, pero significativas, entre ambos casos:
- El certificado: Uno de los primeros indicios es visual: los colores del documento original son más vívidos y definidos que los del falso. Sin embargo, la diferencia más relevante es institucional. En el certificado verdadero figura como firmante el actual Secretario General de Duoc UC, José Humberto Sepúlveda, mientras que en el falso aparece Nicolás Cubillos Sigall, quien dejó ese cargo en marzo de 2023.

- El sitio de validación: La página fraudulenta imita bien el diseño del sitio oficial, pero presenta detalles que permiten distinguirla. Por ejemplo, la franja superior con el logo de Duoc UC es más delgada en el sitio original. Además, la página auténtica incluye el sistema de verificación Captcha («No soy un robot»), ausente en la versión falsa. Finalmente, el diseño de la tabla que muestra la información también difiere en ambos casos.

El Secretario General y Director de Cumplimiento de Duoc UC, José Humberto Sepúlveda, se refirió a los riesgos que implica la circulación de certificados falsos, advirtió que esta práctica «es un riesgo para la confianza en general del sistema. Es muy grave». Aunque indicó que actualmente se trata de una situación excepcional, manifestó su preocupación por una eventual proliferación del fenómeno.
«Contamos con todos los medios para verificar la validez de los títulos y certificados emitidos, y ejercemos todas las acciones legales en contra de las personas que se dedican a falsificar o adulterar estos diplomas», puntualizó sobre las acciones que tomará la institución educativa.
Finalmente, Rafael Bonifaz subrayó la necesidad de educar a la ciudadanía sobre los riesgos asociados a páginas falsas: «Es importante informar sobre la relevancia de verificar el dominio de una página de validación o de aquellas que solicitan datos personales». Para enfrentar este problema, insistió en que deben ser las propias instituciones —educativas, bancarias y gubernamentales— quienes adviertan activamente a las personas sobre este tipo de fraudes.
