José Alberto Mujica Cordano, conocido como Pepe Mujica, falleció este 13 de mayo de 2024 a los 89 años. Expresidente de Uruguay, exministro, exsenador y militante histórico del Frente Amplio, su trayectoria política y su estilo de vida austero lo convirtieron en una figura reconocida dentro y fuera de América Latina.
Nacido en Montevideo el 20 de mayo de 1935, Pepe Mujica inició su vida pública vinculado al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, una organización guerrillera activa en Uruguay durante las décadas de 1960 y 1970. Por su participación en esta agrupación, fue detenido en varias ocasiones y pasó casi 13 años en prisión, en condiciones de aislamiento severo, durante la dictadura militar uruguaya (1973–1985).
Tras la recuperación de la democracia, Mujica se incorporó a la vida política formal como parte del Frente Amplio. Fue electo diputado, luego senador, y en 2005 asumió como ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez. Cuatro años después, fue electo presidente, ejerciendo el cargo entre 2010 y 2015.
Durante el mandato de Pepe Mujica, se aprobaron leyes de gran impacto social como la legalización del aborto bajo causales, el matrimonio igualitario y la regulación del mercado del cannabis bajo control estatal. Estas medidas posicionaron a Uruguay como un referente progresista en América Latina y generaron amplio interés internacional.
Sin embargo, Mujica también fue objeto de críticas por su estilo de conducción política, descrito por algunos sectores como desorganizado o informal. En sus discursos, solía priorizar un lenguaje sencillo y directo, y rara vez se apegó al protocolo institucional. Aun así, cultivó una imagen de cercanía con la ciudadanía y mantuvo una alta aprobación durante gran parte de su gestión.
Internacionalmente, Mujica fue conocido por su estilo de vida austero. Durante su presidencia vivió en su pequeña chacra en las afueras de Montevideo, rechazó privilegios oficiales y conducía un Volkswagen escarabajo modelo 1987.
En 2020, se retiró formalmente del Senado alegando razones de salud y edad avanzada, aunque continuó opinando sobre asuntos públicos desde un rol más discreto. Durante sus últimos años, enfrentó un diagnóstico de cáncer y complicaciones respiratorias que, eventualmente, motivaron su retiro definitivo de la vida pública.
